Gustavo Díaz «El Gato» exige su libertad; denuncia corrupción de jueces

En mi calidad de diputado local electo por el distrito 1, con cabecera en Acatlán de Peréz Figueroa, me dirijo a todos los ciudadanos, pero en especial a la gente que nunca me ha dejado solo, a mis amigos y hermanos mazatecos, chinantecos, desde Cosolapa, Acatlán de Peréz Figueroa, Santa María Chilchotla, San José Tenango, San José Independencia, San Pedro Ixcatlán y San Miguel Soyaltepec.
A todo ellos mi gratitud por la confianza depositada.
Me permito informarles:
Que el 4 de noviembre de 2021, fui detenido en el Estado de Veracruz, por el delito de ultrajes a la autoridad que meses después fue declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin embargó, ese día inició mi pesadilla.
Al poco tiempo de ser detenido, en forma injustificada fui trasladado del penal de Pacho Viejo, Veracruz a un centro penitenciario federal de alta seguridad en el Estado de Michoacán a 900 kilómetros de donde se seguía mi proceso contrario a lo que establece la Ley Nacional de Ejecución Penal, días después de mi traslado, me fueron ejecutadas dos órdenes de aprehensión, ambas por el delito de homicidio y aquí empezó la persecución en mi contra por parte de la fiscalía y el tribunal de justicia de Oaxaca.
Una vez que se resolvió mi situación jurídica en el estado de Veracruz, solicité mi traslado al penal más cercano al lugar donde se llevaron mis procesos penales, esto es en el estado de Oaxaca, sin embargo, el juez de ejecución de Tuxtepec, Oaxaca, se negó a recibir mi solicitud de traslado voluntario, tuve que promover un amparo por denegación de justicia, finalmente se dio tramite a mi solicitud, empero el citado juez negó su competencia y declinó mi asunto a un juez federal con residencia en Michoacán, asunto que esa autoridad no acepto y por el que se inició un conflicto competencial que se resolvió 8 meses después por un tribunal colegiado de circuito, declarando competente al juzgado de Tuxtepec, Oaxaca, como originalmente lo había promovido, a pesar de que mi solicitud de traslado reunía con todos los requisitos, no se acordó favorablemente, y fue a través del cumplimiento a un amparo que se acordó mi traslado al centro penitenciario de anivet, Oaxaca.
Después de 2 años y cuatro meses de estar preso por delitos que no cometi, finalmente el 2 de febrero de 2024, fui absuelto del primero de los procesos (donde se me habia condenado a una pena de 35 años), derivado de una sentencia que emitió un Tribunal
Colegiado en el Estado de Oaxaca.
Dicha absolución fue amarga, pues paralelamente a mi hermano Alfredo Diaz Sánchez, quien también está siendo acusado por la Fiscalia General del Estado de Oaxaca, iba a salir en libertad por una sentencia de amparo emitida a su favor, sin embargo, horas antes de su liberación le plantaron narcóticos en su estancia dentro del Centro Penitenciario de Tanivet y por eso, hasta este momento continúa privado de su libertad.
El 27 de febrero de 2024, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal y del Trabajo en el Estado de Oaxaca como última instancia, me absolvió del segundo de los procesos que enfrentaba (donde se me había condenado a 70 años de prisión), por lo que se ordenó mi inmediata y absoluta libertad. La sentencia fue notificada un poco después del mediodía a la Primera Sala Penal Colegiada del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca, sin embargo, pasaban las horas y adentro del Centro Penitenciario de Tanivet, todo parecía seguir igual, yo ya sabia lo que eso significaba, no me iban a dejar ir.
Mi proceso de «liberación» inició aproximadamente a las 9 de la noche de ese dia, me empezaron a escoltar hacia la salida del reclusorio, por un momento pensé que en verdad iba a obtener mi libertad, cuando un grupo de agentes estatales de investigación me ejecutaron una orden de aprehensión, que ese mismo día a las 17:30 horas la fiscalia había solicitado a un juez de control de Tuxtepec, Oaxaca, y que se otorgó a las 19:30 horas, es decir, estuve privado de mi libertad ilegalmente mientras que la fiscalia en contubernio con el tribunal de justicia me fabricaban una vez más una carpeta de investigación, por el delito de homicidio pero ahora como autor material, a los ciudadanos que represento les aseguro que demostraré sin lugar a dudas y una vez más mi inocencia.
A lo largo de estos años, he intentado mantenerme firme, por mi esposa, mis hijos, mis hermanos, mis amigos y por todas las personas que con cariño me esperan afuera, pero reconozco que todo este proceso está acabando con mi fuerza y mi espíritu.
¿Cómo pueden afectar vidas utilizando el poder que tienen conferido?, fiscales, agentes de investigación, jueces y magistrados sin conciencia humana y social, insensibles, sin escrúpulos, que obedecen ordenes de consigna, deberían estar bajo el escrutinio ciudadano.
La Fiscalia General el estado de Oaxaca en diversas ocasiones me han señalado como integrante del crimen organizado, sin embargo no he sido en ninguna ocasión procesado por ese delito y temo que me vayan a fabricar más hechos de esa naturaleza.
Pienso en todo lo que ha pasado, mi esposa Chelita y mi hijo Porfirio, quienes tenian que viajar semanalmente más de 36 horas, para poder visitarme unas horas en el centro
penitenciario federal.
En más de una ocasión he pensado en acabar con mi vida, pues pareciera que es lo que quieren las autoridades y la única manera en la que la persecución en contra mía y de mi
familia frenaría.
Confió en nuestro Gobernador y le pido exhorte a las autoridades que procuran y administran justicia en especial al fiscal general para que cese en la fabricación de carpetas de investigación en mi contra y al tribunal de justicia para que se abstenga de obstruir la justicia en mi perjuicio.